Los limpiadores sirven para limpiar… y si limpian demasiado… resecan e irritan. La principal función de un limpiador es eliminar grasa, bacterias, sudor, suciedad y piel desescamada que se te acumula en la cara. Pero un limpiador (por ahora) no es inteligente y no distingue entre todo lo ‘chungo’ anterior de las cosas ‘buenas’ que sí te gustaría mantener en tu carita (proteínas, lípidos, la sonrisa after gayola…). El llamado efecto cara de lagarto o lija de elefante o el sonidete ‘squiky squiky’ que nos gusta tanto a los tíos… no es sino síntoma de que un limpiador/jabón/pastilla/lavavajillas… ha hecho su función DEMASIADO BIEN. Y se ha pasado de frenada eliminando cosas.